MADRID, 7 May. (CulturaOcio) -
Tom Cruise volverá a encarnar Ethan Hunt en Misión imposible: Sentencia final, cinta dirigida por Christopher McQuarrie que llegará a los cines el próximo 23 de mayo. El actor es conocido por rodar sus propias secuencias de acción y ha compartido un vistazo del rodaje, adelantando que, en esta octava película, ha vuelto a poner a prueba todos sus límites.
Un vídeo publicado por Paramount muestra un vistazo tras las cámaras a todo lo que rodeó a la espectacular secuencia acuática que incluirá la última entrega de la franquicia de acción. Una sencuencia para la que el propio director, Christopher McQuarrie, también tuvo que sumergirse tal y como se muestra en el clip que también revela el sistema de signos y señas con las que el equipo se comunicaba bajo el agua.
Además, Cruise compartió en la red social una foto en la que aparece él en el rodaje, foto que muestra a Ethan Hunt aparentemente atrapado en los restos del submarino Sevastopol.
"Desde Legend en 1985 hasta Misión: Imposible: Sentencia final, he estado estudiando y filmando secuencias bajo el agua durante más de 40 años. Siempre hemos intentado llevar nuestro trabajo cinematográfico al siguiente nivel, y en esta película, McQ y yo vimos una oportunidad para crear una secuencia submarina como ninguna otra. Estamos emocionados de compartirla con vosotros", escribió.
El pasado noviembre, el actor ya compartió una foto en las redes en la que aparecía rodando una escena bajo el agua. "El entrenamiento y la preparación que dedicamos a esta película son la culminación de todo lo que hemos hecho antes. Desde las profundidades hasta los cielos, no puedo esperar para compartir más con vosotros", aseguró entonces.
En febrero, también mostró un reel en Instagram grabando una escena bajo el agua. "¿Ves algo que no está bien? Puedes gritar '¡Corten!'. Prefiero mil veces que te equivoques por exceso de precaución y detengas toda la película a que alguien salga herido", se escucha decir a McQuarrie en el clip.
La ambiciosa secuencia submarina puso al límite al actor. Cruise utilizó un equipo especial que solo podía llevarse durante intervalos de 10 minutos debido a problemas de oxígeno, lo que implicaba el riesgo de sufrir hipoxia si superaba el tiempo estipulado. Cruise explicó cómo se llevó a cabo la grabación de la escena en una entrevista reciente con Empire: "Estaba respirando mi propio dióxido de carbono. Se acumula en el cuerpo y afecta a los músculos. Tienes que superar todo eso mientras lo haces y estar presente".
Para la toma, Cruise tuvo que meterse en un tanque de 8,5 millones de litros. McQuarrie explicó que el actor se encontraba dentro de una "estructura giratoria" y que fue todo un desafío encontrar la manera de hacer que la escena pareciera "caótica y descontrolada", sin dejar de ser lo suficientemente segura como para poder repetirla varias veces según fuera necesario.